El mayordomo más antiguo del Estadio Nacional

Su personalidad y trayectoria lo han convertido en uno de los trabajadores más reconocidos. El mayordomo del velódromo le ha entregado su vida al Estadio Nacional.

Por Gabriela Adonis P.

Gabriel Sánchez trabaja para el Estadio Nacional desde 1985, comenzó como guardia para luego ascender a jefe de vigilancia del Coliseo. Ha sido mayordomo en más de cinco recintos dentro del complejo deportivo y hoy es el encargado del Velódromo, aunque su lugar favorito es el Estadio de Béisbol porque cada vez que entra a él, se siente libre.

“Ya voy a cumplir 30 años en el Estadio Nacional. Aquí se han visto cosas de deporte, alegrías…”

Cuando fue contratado, la dictadura ya había terminado, pero el Ejército seguía controlando los principales recintos del estadio. Y para Gabriel, como empleado, el tener jefes militares no fue un problema. Él los describe como personas respetuosas que sabían escuchar y trataban muy bien a los trabajadores. Durante las conversas que tuvo con ellos, los uniformados admitieron los errores cometidos durante la época y que hubo cosas que pudieron hacerse de otras maneras.

Pero no todo es trabajo, ya que Gabriel conoció a su esposa mientras se desempeñaba en el estadio. En 1996 decidieron formar una familia juntos y hoy tienen tres hijos. Pero el camino no fue fácil, Sánchez no podía abandonar su trabajo ni viajar seguido a su natal San Fernando, por lo que su familia debía viajar a Santiago a verlo mientras trabajaba en lo que él llama su segunda casa.

“El Estadio Nacional para mi es la segunda casa. Y yo creo que es más que la casa porque aquí en el trabajo uno pasa más tiempo que en su propia casa”.

Además, como mayordomo de los diferentes recintos, Gabriel tuvo la oportunidad de codearse con muchos de los artistas nacionales e internacionales que pasaron por el Coliseo.

“Aquí he conocido cantantes, las estrellas que vienen a cantar acá. Por ejemplo, el finao’ Michael Jackson, Juan Gabriel, Chayanne, el otro es Montaner. Shakira, cuando vino la primera vez (…)”.

Pero a pesar de todas estas experiencias, de haber charlado durante largo rato con figuras internacionales y de estar en un lugar privilegiado para muchos, Gabriel sabe que en algún momento deberá jubilarse y está consciente de que cuando eso suceda, los que queden extrañarán su puntualidad y diligencia a la hora de trabajar.

Quiere volver a San Fernando y pasar ahí sus últimos días, pero siempre teniendo en mente que el Estadio Nacional es todo para Chile, como también lo es para él.

 

NAVEGA POR MEDIO DE CADA TESTIMONIO, PARA CONOCER MÁS DETALLES SOBRE EL ESTADIO NACIONAL